Ahora estamos acostumbrados a un Internet en el que existe información sobre cualquier tema, en todos los idiomas y al alcance de cualquiera con una conexión y un dispositivo. Toda la información que necesites está a golpe de clic, y el soporte económico de esa publicidad ofrece a los usuarios anuncios relevantes en función a nuestro perfil.

El poder segmentar esta publicidad hace que la información de millones de personas, sea tratada por empresas a través de las cookies de terceros que están implementadas en prácticamente la totalidad de las páginas web del planeta.

Confianza de los usuarios

No es un secreto que la confianza de los usuarios en los últimos años ha ido descendiendo paulatinamente.

  • El 72% de los usuarios están convencidos de que está todo siendo rastreado por anunciantes y empresas.
  • El 81% afirma que los posibles riesgos de ceder sus datos, supera el de los beneficios.

Si la publicidad digital no evoluciona para abordar las crecientes preocupaciones de los usuarios acerca de su privacidad y de cómo se utiliza su identidad, el futuro de la red libre y abierta está en riesgo.

Chrome eliminará compatibilidad con las cookies de terceros

El año pasado Chrome anunció la intención de eliminar la compatibilidad con las cookies de terceros y volcarse en el Privacy Sandbox para colaborar con todo el sector en el diseño de nuevas soluciones capaces de proteger el anonimato de los usuarios. Así mismo es necesario ofrecer rentabilidad a los anunciantes y editores.

Aun así, nos siguen preguntando si Google piensa aliarse con otras empresas del sector de la tecnología publicitaria que pretendan reemplazar las cookies de terceros por otro tipo de identificadores a nivel de usuario. Hoy, queremos decir de manera explícita que, una vez que desaparezcan las cookies de terceros, no crearemos identificadores alternativos para rastrear a los usuarios que naveguen por la red, y tampoco los utilizaremos en nuestros productos.

¿Y cómo se hará?

Otros proveedores podrán ofrecer identificadores a nivel de usuario para el rastreo publicitario en la red que el propio Google no proporciona, como pueden ser los gráficos de PII basados ​​en las direcciones de correo electrónico.

Todo este tipo de soluciones no satisfacen las demandas de privacidad de los consumidores, y su rápida evolución no resistirá a las restricciones regulatorias a largo plazo.

Los productos digitales de Google estarán impulsados ​​por API que preservan la privacidad impidiendo el seguimiento individual, a la vez que ofrecen rentabilidad a los anunciantes y editores.

Los usuarios no deberían tener que aceptar que se les rastree en la red para beneficiarse de una publicidad relevante. Y los anunciantes no deberían tener que rastrear a los consumidores en la red para obtener los beneficios de la publicidad digital.